Algunos han decidido optar por congratularse de una supuesta solidaridad hacia Grecia, que de solidaridad no ha tenido nada y no ha sido más que un intento fallido de venganza absoluta por parte de un sector de estados miembros de la Eurozona (con el único objeto de forzar el grexit que los europeístas llevamos todo el fin de semana criticando e intentando evitar), y eso es una obscenidad simple y llanamente. La realidad, por desgracia, es que lo sucedido fue gravísimo y en caso alguno se puede observar de una manera mínimamente positiva.
Las formas y los contenidos de la reunión del Eurogrupo han sido un torpedo dirigido a la línea de flotación del proyecto que representa la Unión Europea. Esa reunión ha acabado por destruir la poca credibilidad que le quedaba a la UE a ojos de la opinión pública, dejando en entredicho todo el trabajo de décadas del movimiento europeísta y marcando públicamente a la Unión Europea cómo un club de egoístas y pendencieros desalmados. A partir de aquí, las posibilidades de conseguir el objetivo de una Europa federal se alejan más y más. La codicia de unos acabará suponiendo la perdición de todos, el fin del sueño europeo.
Ante una situación de adversidad como la crisis griega los líderes de los países del Euro tenían que haber sacado lo mejor de sí mismos en aras del bien común, sin embargo la mayoría optó en cambio por sacar lo peor de sí mismos. Por su parte los líderes de las instituciones de la Unión y los gobiernos de algunos estados buscaron un acuerdo satisfactorio para todas las partes. Ellos sí estuvieron a la altura que requería el momento.
Con el “acuerdo” alcanzado, los gobiernos del grupo liderado por Alemania han conseguido su objetivo de imponer a Grecia las condiciones más duras posibles y acercar el gobierno Tsipras al colapso (obligado a quebrantar todas sus líneas rojas en aras de la permanencia en el Euro, todo un ejemplo de voluntad europeista). Para llegar aquí, han acabado desestabilizando el panorama político griego y probablemente regalando el país a los euroescépticos Griegos Independientes, al KKE y a los neonazis de Amanecer Dorado. A la vez, esto dará alas a los euroescépticos en el resto de la Unión. El Eurogrupo ha abierto la caja de Pandora, pero al menos Pandora lo hizo por curiosidad y sin mala fe. En éste caso no se puede decir lo mismo.
Hace unas semanas asistí a un curso de verano organizado en Pozuelo de Alarcón por el CFEME [1] y la Universidad Complutense. En una de las mesas redondas, compuesta por periodistas, Xavier García Folch del periódico ’El País’ dijo que la proporción europeístas/antieuropeístas en el Parlamento Europeo, de 6 contra 1, era en términos futbolísticos “como un triplete permanente”. Esperemos a ver en cuanto se queda esa proporción en 2019... En el caso de que la Unión Europea llegue a ese año. Paul Krugman hablaba de que el proyecto europeo ha sufrido un golpe terrible y “tal vez letal” [2] , y me temo que pueda tener razón pues los hechos le avalan.
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