Sofia Corradi, una madre de Europa
De las riberas del mar Báltico a las montañas de Andalucía, de la Tierras Altas de Escocia al Puerto del Pireo, todos conocen el programa europeo Erasmus. Popularizado por la película hispano-francesa de Cédric Klapisch “L’Auberge espagnole” (también conocida como “Una casa de locos” o “Piso compartido”), cualquier estudiante que entra en la universidad sueña con irse, un día, para dejar sus maletas (y sus cuadernos) en una universidad extranjera durante un semestre o un año.
¿Pero quién sabe ya que, desde hace treinta años, eso es posible gracias a Sofia Corradi, una antigua profesora de ciencias de la educación en la Universidad de Roma, que hoy tiene 85 años de edad? Por desgracia, nadie.
La historia de Erasmus germinó en su mente en 1958, cuando volvió de la prestigiosa universidad de Columbia, en los Estados Unidos. Estudió aquí por un año el Derecho comparado gracias a una beca Fullbright. Sin embargo, la Universidad de Roma La Sapienza, donde empezó sus estudios (y donde pensaba terminarlos) no reconoció sus diplomas y la obligó a hacer un año extra en La Sapienza. Por más que ella intentó explicar que no era de viaje, fue inútil: para Italia, le faltaba un año a Sofia Corradi para convalidar su carrera.
Para Sofia Corradi, la conclusión era clara: si, gracias a la situación confortable de su padre, podía permitirse continuar estudiando, sería sin duda diferente para la mayoría de los estudiantes, cuyo presupuesto es generalmente limitado. Sin embargo, está convencida que pasar algún tiempo en una universidad extranjera es beneficioso para un estudiante – no deja de ser elogiosa sobre su experiencia americana – y lucha durante años para que se adopte un sistema de equivalencias entre diferentes universidades europeas. En 1987, con el apoyo de Jacques Delors, Presidente de la Comisión Europea, nació Erasmus.
¿Olvidada Mama Erasmus?
En 2017, Erasmus celebró su trigésimo aniversario. Este programa popular entre los estudiantes permitió a millones de personas viajar, estudiar o – y se sabe menos – trabajar en el extranjero sin perder ni un año de estudios en su país de origen. Sin embargo, en este año de aniversario, ¿quién había oído ya hablar de una de las inspiradoras del programa, Sofia Corradi? Erasmus, no obstante, forma parte de estas “realizaciones concretas, que creen en primer lugar una solidaridad de hecho” queridas por Robert Schuman .
Afortunadamente, en 2016, España finalmente concede el Premio Europeo Carlos V a Sofia Corradi. Con esta recompensa más que merecida, recibida directamente de las manos del rey Felipe VI, “Mama Erasmus” fue al menos un poco agradecida por sus buenas obras.
Por desgracia, se habla muy poco de estas “Madres de Europa”, cuyas acciones están a menudo dejadas de lado en comparación con las de los Padres de Europa – que se deben aplaudir también. Estas mujeres, aunque pasaron una parte importante de su vida defendiendo un ideal que hoy beneficia a todos los europeos y que han realmente “hecho Europa”, la que nos une y que queremos. Ellas todavía son poco visibles.
Premio Europeo Carlos V, para reparar el olvido
Instaurado en 1995, el Premio Europeo Carlos V aspira a llamar la atención sobre el espíritu europeísta de España. Se parece al Premio Carlomagno, que es otorgado por la ciudad alemana de Aquisgrán.
El Premio Carlos V es otorgado por la Fundación Academia Europea de Yuste. Esta pequeña ciudad de Extremadura acogió los últimos momentos del emperador Carlos V, entonces enfermo.
Desde su creación, el premio fue entregado por la familia real española a numerosas personalidades europeas, como Jacques Delors, Javier Solana o Simone Veil.
Y ahora, Sofia Corradi.
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